Puesta a punto de tu piel para el verano
Ahora que el sol y el calor han hecho plena aparición, somos mucho más conscientes de la necesidad de proteger la piel aunque lo cierto es que deberíamos hacerlo todo el año.
El sol es necesario para nuestro bienestar físico y mental pero no podemos olvidar que si nos descuidamos, padeceremos envejecimiento prematuro e incluso cáncer de piel.
Para poder tener un verano tranquilo podemos seguir algunos sencillos pasos que nos ayuden a preparar nuestra piel de cara a la exposición solar.
Exfoliación: este paso nos ayuda a eliminar las células muertas que se acumulan en la piel por lo que, si las eliminamos, nuestro bronceado será más uniforme.
Existen distintos tipos de exfoliantes para emplear en casa aunque el más habitual, por cómodo, es el exfoliante físico que actúa mediante partículas de arrastre.
Desde Innixi, tu espacio personal, te recomiendo que antes de comenzar la temporada estival te dejes mimar por las manos de tu especialista en belleza, la esteticista.
Te cuento un secreto: existe una leyenda urbana que dice que la exfoliación hace desaparecer el bronceado, pero no es verdad. Al regresar de las vacaciones la exfoliación ayuda a mantener y prolongar el moreno.
Hidratación: mantener la piel hidratada es fundamental para mantener una piel sana. Además, es el segundo requisito imprescindible para un bronceado uniforme y duradero.
Lo ideal es emplear cremas hidratantes, que son las que nos aportan agua; humectantes, que evitan que se evapore el agua de la piel y si contienen antioxidantes, ya tenemos combo ganador.
Te cuento otro secreto: para mantener una buena hidratación, hay que aumentar la ingesta de líquidos preferiblemente, agua..
Alimentación: Es cierto que solo con una buena alimentación no lograremos que nuestro cuerpo quede totalmente protegido pero sí nos puede ayudar a fortalecer la piel frente a la agresión de la exposición solar.
Alimentos como la zanahoria, el mango, la calabaza o el albaricoque, ricos en betacarotenos, fortalecen el sistema inmunológico para combatir agresiones externas.
La sandía, la papaya, el tomate o las naranjas sanguinas, ricas en licopenos, reducen hasta en un 40% el riesgo de quemaduras solares.
El aguacate y otros alimentos como los frutos secos y el germen de trigo contienen gran cantidad de vitamina E, antioxidante que neutraliza los radicales libres que genera la radiación solar y que favorece la función barrera de la piel al equilibrar el manto hidrolipídico, nuestra crema natural que mantiene la piel protegida de agresiones.
Otros alimentos como el té, son fuente de polifenoles, de acción anti-inflamatoria, los encontramos en gran cantidad en el té verde. Esta actividad hace que se reduzca la posibilidad de desarrollar cáncer.
Las semillas de girasol, calabaza, chía así como el marisco, las legumbres y las carnes contienen gran cantidad de zinc que ayuda a reponer los antioxidantes perdidos por la exposición solar.
Protección solar: aunque habituemos a emplear la protección solar cuando vamos al campo o a la playa, es cierto que la deberíamos utilizar en nuestra rutina diaria: al hacer deporte, al pasear en el parque o mientras conducimos.
El protector solar más adecuado es el que te aplicas, actualmente existen multitud de texturas que se adaptan a nuestro ritmo de vida.Hay que tener en cuenta que no deberíamos emplear el mismo protector para toda la familia, aunque bien es cierto que los adultos podemos aplicar el infantil, no debería hacerse a la inversa.
Por otro lado hay que evitar la exposición solar en menores de 6 meses y aplicar solo filtros físicos en menores de 6 años.
¿Y por qué este tipo de filtros? Pues porque está comprobado que la piel de los niños no acaba de estar formada hasta llegar a esta edad aproximadamente y los filtros físicos, especialmente óxido de zinc y dióxido de titanio son los únicos aprobados por la Comisión Europea y la FDA (Food and Drug Administration) como hipoalergénicos y no absorbibles por la piel; esto siempre que no contengan nanotecnología.
Y llegamos a la última pregunta ¿sabes cómo aplicar el protector solar adecuadamente?
Simplemente hay que seguir unos sencillos trucos:
– Aplicar la cantidad adecuada: se recomiendan 9 cucharillas de café para todo el cuerpo o seguir la regla de los dos dedos, es decir, aplicar la cantidad de protector que caben en dos dedos por cada zona del cuerpo.
– Aplicar antes de salir de casa: lo ideal es aplicar el protector unos 20 minutos antes de la exposición solar y reaplicar cada dos horas como máximo y cada vez que realicemos deporte, tras los baños prolongados y tras el secado con toalla.
– No olvidar las zonas problemáticas: hay que recordar aplicar el protector en las zonas olvidadas como orejas, nuca, tabique nasal, manos o empeines.
– No emplear protectores de la temporada anterior salvo que no se hayan abierto. Los protectores, como cualquier otra crema, degradan sus ingredientes con el paso del tiempo, esto hace que pueda haber perdido la función protectora.
Recuerda:
Tu piel tiene memoria. En diez, veinte, treinta años a partir de ahora, tu piel mostrará los resultados de cómo fue tratada hoy. Así que trátala con amabilidad y respeto.
Jana Elston.